BUQUE FANTASMA
Por el camino de "Madrigal" de José Lezama Lima.
Soy como el marinero de José Lezama Lima llamado por la palabra marea que se ha unido a los clamores de alfileres sin sueño. Es decir, heridas sin ilusión.
Pero yo no soy un marinero, y si lo soy, soy el de Rafael Alberti: marinero en tierra. No hay naves ni mares para mí; al decir del poeta cubano, me hallo entre dos recuerdos.
La nostalgia del marinero no es el mar sino la ilusión, por eso bajará a tierra, en cualquier tierra, a buscarla, a encontrarse con ella, y si no la halla, con su corazón ahogado zarpará en buque fantasma. Y esta es la esencia de la leyenda.
Un buque fantasma nunca arriba a puerto alguno porque sus marineros como perdieron la ilusión, se embriagan con el ron de la tristeza.
A veces los marineros cantan y sus cantos llegan a los oídos de las mujeres en los puertos, las que se asoman a las ventanas mientras otros hombres les soban las nalgas, un derecho que se ganaron solo porque las sedujeron con regalos tontos.
Pero si los marineros del buque fantasma abandonaron la ilusión, no abandonan la nostalgia, y de pura nostalgia se tatúan los brazos con corazones que nunca llenan con nombres. No porque no quieran sino porque no los recuerdan, ni los propios.
Son poetas sin palabras.
Pero la nostalgia de ellos tiene hambre. De ahí las sirenas.
¡Pobres marineros!
Pero yo no soy un marinero de un buque fantasma, y si lo soy, tengo palabras, y cuando las mujeres avistan desde los puertos las velas de mi nave, corren a bañarse a las llaves de los patios y endulzan sus senos con agua de colonia; se ponen vestidos de tela delgada y suave para mis manos y echan a los tontos de sus casas y me dejan que yo les cuente historias de mares y de otras tierras y me perdonan como yo perdono a ellas.
Soy como el marinero de José Lezama Lima llamado por la palabra marea que se ha unido a clamores de alfileres sin sueño. Pero yo no soy un marinero, sino este que va y viene y ama como un marinero a las muchachas que lo engañan con ilusiones. Al menos eso para que yo cante mi canto favorito:
Si mi amor se va contigo,
Que se quede tu fragancia.
Donde me dejas, te dejo.
Donde llegas, te recibo.
Cuando lloras, te consuelo.
Cuando me olvidas, te olvido.
Tal como viene la vida,
Así también el amor.
El que ayer nada tenía,
Hoy ya tiene su dolor.
Dulce sueño, dulce estancia,
Si mi amor se va contigo,
Que se quede tu fragancia.
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