jueves, 5 de enero de 2023

Acerca del autor y su obra





MI GRATITUD A LAS VISITAS QUE SE DETIENEN A LEER MIS TEXTOS


Me ocurre siempre: antes de comenzar a escribir un libro, ni siquiera hay una idea o un sentimiento que yo pudiera definir, sino solo una inquietud; un desasosiego que me impulsa a escribir; un impulso que además me exige levantar muros alrededor, porque ha de hacerse lejos de la gente, lejos de sus voces; los poemas los compongo en poco tiempo, siempre al final de un periodo de mucha paz en mi vida (nunca neutral y nunca indiferente); las palabras bajan por mi brazo hasta las hojas del cuaderno; y vaya yo a saber de dónde vienen; así que muchas veces debo recurrir al diccionario para verificar su existencia, que, ante mi asombro, existen; en estado larvario, sí, pero ahí están; mientras las mías las siento revolotear en las hojas del cuaderno, jugando a las formas; ¿qué es ilusión?; bueno, acepto; porque tampoco se debe atentar contra la razón o el juicio de los académicos y los profesionales de la poesía; algunos de ellos han dicho que por momentos no se entiende nada; o que los versos están mal cortados; y cuando he oído las líneas en su voz, he comprendido que es la voz con el tono de siempre: normado, sujetado y predicado, complementado directa, indirecta y circunstancialmente; no, por Dios, las palabras que bajan por mi brazo hasta mis dedos no entienden de esas "señaléticas" ni de razones que son las mismas que nos han ordenado en la sociedad para que seamos injustos con unos y tolerantes con otros; reproducidos, luego, repetidores, domesticados incluso en nuestras revoluciones, que acaban fracasadas; no, por Dios, yo quiero seguir escribiendo sin razón ni juicio; pasar por alto los consejos de talleres y expertos que dan normas incluso para titular los poemas…; ¡qué locura!; por eso admiro a Gertrude Stein, J.V. Foix, José Lezama Lima, Rainer Maria Rilke, T.S. Eliot; Eliot escribe por ahí: “Soy Lázaro vuelto de entre los muertos,/vuelto para decíroslo todo, os lo diré todo…”; aunque sabemos, como él sabía, que fracasaría; pues, ¿qué se piensa?; ¿acaso vamos a decir las verdades esenciales del mundo con estas palabras y según nuestros juicios?; ni se sueñe; pero no por ello vamos a renunciar a seguir intentando, que de eso se trata nuestro oficio, que a veces algo se vislumbra: poesía.

Gracias por la visita💕


OBRAS DEL AUTOR

Los años de edición de los libros corresponden a la fecha que fueron diseñados. Los textos son mucho más antiguos.


El túnel (poemas)1978

Poemario ingenuo, 1982 (corregido y editado como Cancionero del trigal)

El mensaje en la botella (poemas), 1990

El sueño de la amapola (prosa poética)1993

Al pie del abedul (prosa poética)1994

Tres puertas (prosa poética)1994

Cuando el señor León soñó que era rey (cuento)1994

Guillermo vs Tele (teatro)1996

Saga de la muchacha de largas cabellos y su gato (prosa)1996

Un cafecito para mi sosias (novela)1997

Diez poemas de amor para Maribel, 1997

Alma (novela)1997

Lapis exilis (poemas)1999

La ciudad debajo del círculo lunar (poemas)2001

Poesía de adolescencia, recopilación hecha en 2001

Hora blanca (poemas)2001

Fogata de otoño (poemas)2004

Cuaderno de Adán (poemas)2004

El peregrino ciego (poemas), 2007.

Chamán (Poesía escrita en 2008. Editado en 2018)

Gizbar (prosa)2015

Como olvidado de mi país (prosa)2015

El Albergue de la Luna (prosa)2015

El reloj de péndulo (relatos)2016

Crónicas de Estocolmo, 2017

Relatos ingenuos (selección de cuentos y relatos), en preparación.


OBRAS EN SUECO:

Flaskposten (premiada en 1993, Lund, Suecia).

Dikter (1991).


 REFERENCIAS A LA OBRA DEL AUTOR

Acerca de El túnel

(1978, libro editado por Ediciones Bolt, 1978, Santiago de Chile)


«Todo el libro corresponde a una época de mi vida; la más oscura, la llena de amargura, soledad y pesimismo suicida, y que denomino El túnelno con poca razón», escribe el poeta a Marina Latorre relatando sus dudas y la atmósfera que rodea a sus poemas.

EL TÚNELMi vida es un túnel/ Donde siempre me estoy mirando los ojos enfrente/ Y en ellos solo veo una fría mirada de desprecio/ Entonces inclino la cabeza/ Pero los ojos se me clavan en la nuca…

ESTOY CANSADO: Estoy cansado de verle cada día el rostro hipócrita al mundo/ De ver la Tierra que gira y gira/ Vuelta loca de muertes y de injusticias…

Angustia y desesperación. Los poemas de Harold Durand están situados en los fríos inviernos del dolor, todo su canto está rodeado de una neblina que a veces nos cerca y aprisiona, Sin embargo, como una luz tenue está presente la esperanza:

ESPERANZA: Nos aproximamos al año 2000/ Un joven poeta se suicida por amor/ ¡Aleluya, hermanos, aleluya! / Aún no está todo perdido.

 (Los libros de Portal en el corazón,
PORTAL N º 18, 1979, Santiago de Chile, pág. 17)


Los poemas «Tu boca» y «Uno» son exitosas realizaciones de una poesía síntesis y del manejo acertado de la expresión lingüística.


(Juan Gabriel Araya, poeta y profesor. La Discusión de Chillán, 18. VI. 1978.)


Poesía de búsqueda, a ratos confidencial, a ratos testimonial.


(Carlos R. Ibacache I., La Discusión de Chillán
 19. V. 1978.)


 [...] La juventud del poeta lo lleva a naturales rebeldías y su verbo está tenso de interrogaciones y dudas, pero todo el oscurecimiento es en apariencia porque en su palabra profunda está el amor por la vida aun cuando esté aprisionado en las tenazas del desaliento. [...] No cabe duda que Harold Durand posee las condiciones para llevar sus vivencias a la transmutación de lo poético. Hay sensibilidad y su técnica es acertada. No dice sino lo estrictamente necesario, y esta economía poética hace aún más lacerante su angustia.


(Francisco Mesa Seco, poeta, profesor.
El Heraldo de Linares, 19. VII. 1978.)


Un libro con armazón autobiográfica, donde el autor cuenta su dolor con versos sangrados. [...] Harold Durand, (pensamos que es muy joven) nos hermana a las sombras con la muerte, y es ésta la que dirige sus pulsos y le entrega el hálito para que sus manos puedan pulsar la lira.


(Alfonso Larrahona, poeta, profesor. 
Valparaíso, 19. II. 1979)


La opinión de la página francesa Moving Art acerca de la primera edición de La jaula del grillo

La reciente antología de Harold Durand apareció con el nombre La Jaula del Grillo a finales del año 2012, en Chillán. Un centenar de poemas recoge esta selección de la diseminada obra de Durand, cuya mayor parte se desarrolla en Suecia, durante su largo exilio estocolmeño. De regreso a su país, y a la felicidad, el poeta reúne su trabajo en un elegante ejemplar, con el auspicio de la Biblioteca Municipal Volodia Teiltelboim y del Instituto Profesional INACAP. Durand, uno de los grandes y silenciosos poetas nacionales, reafirma de este modo su condición y su oficio.


La opinión de una historiadora

María Luján Leiva, historiadora de la Universidad de Buenos Aires, en su obra Refugiados en Suecia y visión del otro paisaje, escribe:

«La obra poética de Harold Durand puede ser considerada como un documento de ese devenir ‘inmigrante’ desde un estatuto de refugiado, transformación más obligada por las circunstancias históricas que por una elaborada y autónoma decisión de asentamiento en el país de inmigración.

El refugiado, en este caso el poeta, recrea su patria en otro rincón del mundo. La superposición de paisajes en Harold Durand se resuelve en la construcción de un Chillán mítico donde nieva y hay urracas y cuervos. [...] Pero vuelve a cambiar el orden del mundo en el Chillán que habitas, pues, cae, ahora, leve, sobre los campanarios salpicados de cornejas y urracas, la nieve [...]

Este Chillán mítico está signado por la nostalgia de una tierra que ya no existe, es un rechazo al nuevo Chile emergido después de 17 años de dictadura. El poeta convierte a Högdalen (significa Valle Alto) -barrio de Estocolmo- en un nuevo locus poético, lo nombra Valle Alto y recrea allí también su lugar de nacimiento, aunque atravesado y enriquecido por el paisaje boreal.

El Chillán mítico y el Valle Alto de Estocolmo son la construcción que rescata la ilusión. El Chillán mítico es el testimonio de la realidad del exilio, la desocupación, el desencanto y la subjetiva imposibilidad del retorno».


Libros publicados en Suecia

 [...] estos son los poemas que me entusiasman; cuando se crea algo, se inscribe una imagen y luego se le usa «delante del lector». [...] Felicidad tras felicidad. Tienes tu propia temática, tu mundo mítico y ritual.

(Mario Romero, poeta de Tucumán, en
carta escrita al autor en octubre de 1996, Estocolmo.)


 [...] Si bien es cierto, Durand no rehúye expresiones o manifestaciones sentimentalistas, consideradas gastadas o simples lugares comunes en el oficio, juega a plena conciencia con estos elementos en el ejercicio de esa demostración de técnica, en la cual a veces pareciera solazarse.


(Juan Cameron, poeta chileno. Liberación
27 septiembre de 1996, Malmö, Suecia.)


[...] En este punto del desarrollo, a la poesía de Harold Durand cabe hacerle una venia. En forma silenciosa y constante -por no decir elegante- ha venido, el poeta chileno, escribiendo, mejorando su escritura y entregando hermosas y finas obras plásticas, como son sus autoediciones o ediciones artesanales -príncipe más bien- en poquísimos y, por ende, valiosos ejemplares. [...]

(Juan Cameron, poeta chileno. Liberación,
 27 septiembre de 1996, Malmö, Suecia.)


 [...] El amor, al que empecinadamente le negaron su existencia los escritores escandinavos Kiergaard, Hansum y Strindberg, parece que no tiene otro destino en la pluma del poeta chillanejo [...] En lo que atañe al tinte de creación, si bien existe una tendencia surrealista en este manojo de versos, podríamos sin embargo ser menos ajenos a nuestras propias influencias y ver, en cambio, en la poética de Harold Durand un acercamiento a la escuela del creacionismo de Vicente Huidobro. El poeta, como un «pequeño Dios», crea lo que necesita. Ante la soledad, casi siempre inevitable, Harold Durand crea su propio consuelo, dándole vida y funciones sobrenaturales a la lágrima, símbolo sempiterno de los sentimientos: una lágrima me pondrá un brazo/en el hombro. Esa misma creación, pero enfocada desde un ángulo gramatical, se hace sentir en las líneas: haberte dejado/sin embargo amado tanto. La expresión «sin embargo» procura desviarnos un poco, podría decir que hace trastabillar la velocidad que acarrea la lectura del poema en su recta final. Pero ello en cambio de molestarnos, debería mejor despertar nuestras simpatías, pues lo que el poeta logra es economizar palabras que hacen efectiva su comunicación. Ya había advertido R. Jakobson acerca de estos «trucos» utilizados por los poetas: «Los recursos poéticos ocultos en la estructura morfológica y sintáctica del lenguaje —en una palabra, la poesía de la gramática y su producto literario, la gramática de la poesía— han sido raramente reconocidos por los críticos y casi del todo olvidados por los lingüistas; los creadores, en cambio, han debido con frecuencia sacar de ellos un partido magistral».

(Víctor Rojas, poeta colombiano y académico de la Universidad de Lund. 
Invandraren Nº 3


  [...] Los poemas contienen musicalidad y sinceridad, en el que pasado y presente, presencia y nostalgia entran en un diálogo no solo con la amada sino también con el lector.


(Inger Elizabeth Hansen, presidenta de
la Sociedad de Escritores de Noruega.)




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