EL POEMA PERTENECE AL LIBRO CUADERNO DE ADÂN, EDITADO EN ESTOCOLMO (2004).
En estas páginas, Adán —luego de ser expulsados del Edén— irá registrando el anhelo de ambos de volver a ser uno (ahora en poesía), y, asimismo, el fracaso, que en definitiva es el fracaso de la poesía.
LOS ENSIMISMADOS HÓRREOS
He soñado con una masía en un blando valle
De donde emigraban vencejos a lejanos planetas
A donde llegabas vestida con brisa de hierba
Estampada de intuiciones y agrazón
En tu brazo portabas un cesto colmado de libros ya marchitos
Que los decías con voz encumbrada casi de grulla
Eran reminiscencias latinas
O bien occitanas O bien hebreas
Hubiera yo bajado
Si no es por el vallado de la razón
—Esa luz de fuera que nos vela y nos inhibe—
Llamaste después a los labradores
Que brescaban los ensimismados hórreos
En que astronautas ceban a la Luna
Meditabundos cesaron su labranza
Y bajaron hacia la masía sin decir palabras
Luciérnagas eran por el sendero
Sacudiendo guantes y boinas
Oí las cucharas
Les oí merendar las intuiciones de tu regazo
El roce de las mangas por las oscuras bocas
Los silletes de anea arrastrados por el suelo
Salieron después y se llevaron el valle y la masía
Los hórreos
Lo último fue la brisa de tu vestido
Y lo último que recuerdo son las palabras de este sueño
Que escribí en la madera del vallado
Con untura de grosellas
En el castellano clásico
Que es tuyo y mío
Para volverte a mí cuando llegara el día
19.12.03
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