jueves, 28 de abril de 2022

Del Códice de las supersticiones


CÓDICE  DE LAS SUPERSTICIONES


Visitas, amistades:

Espero no inquietar a nadie por estos casi aforismos que llamo supersticiones.
No debiera haber motivo para inquietarse.
En el fondo, son juegos de palabras, creaciones con palabras e imágenes.
Pero hay algo más.
Ellas están basadas en antiquísimas creencias y mitos. Lecturas que tuve hace cerca de treinta años en Högdalen, un barrio al sur de Estocolmo.
Eran libros con estudios de la cultura sumeria, acadia, egipcia, china, hindú, nórdica... Tantos libros y tantos conocimientos.  Al final acabé leyendo el Corpus Hermeticum, de Hermes Trismegistros (que es como la "filosofía eterna" del cristianismo), y la Biblia.
Sumergirme en aquellas lecturas, fue mi manera de sobrevivir la pesadumbre por lo vivido en mi  ciudad natal y por lo que no cesaba de ocurrir en mi patria.
Un túnel del que salí gracias a Barbro, mi querida psicóloga.
Después llegó la primavera a mi vida.
¡Por fin! ¡Por fin!
Ni siquiera quise tener novia. Solo disfrutaba esta individualidad, esta sustancialidad y esta racionalidad que aún llevo.
Así que me vine a Chile a buscar a mi hermano desaparecido. Y aquí me he quedado, con mi corazón enraizado en Estocolmo y en Chillán.
Ha sido muy lindo.
¿Qué se puede salir del túnel?
Por supuesto. Y es tu victoria. Y la victoria de la persona.
Solo sabe que la humanidad lleva una rosa en su corazón que tarde o temprano florecerá con el aporte (sangre, lágrima o sonrisa) de cada uno de nosotros, los dispersos por la tierra.
Así que cree en ti. Cree en ella.
Cariños💞



PRIMERA SELECCIÓN


SEGUNDA SELECCIÓN


TERCERA SELECCIÓN


CUARTA SELECCIÓN




domingo, 24 de abril de 2022

Del libro Como olvidado de mi país


EL MALECÓN [ HISTORIA DE UNA HOJA ]


   
Envuelta en la toalla, salió de la sala de baño y entró en su dormitorio.
   Fuera, la brisa rozó la última hoja de la estación.
   Se inquietó el árbol, se inquietó el pájaro en la rama.
   ¿Llegó el trino al oído de ella?
   ¿Qué es lo que sintió la hoja que no sintiera la joven envuelta en la toalla?
   ¿El roce del otro?
   Era inevitable —mientras se vestía— el recuerdo de la espuma de las olas en sus pies desnudos y el abrazo de ese que la besó en el cuello.
   Al atardecer, ese —ahora hecho sombra— la invitó a beber cerveza a la taberna de la costanera.
   Después, camino a casa, la sombra 
aprovechada de la ceguera de los besos se la llevó por la oscuridad más densa del malecón, donde la apretó contra la fría piedra.
   La sal se comía el hierro y la madera del muelle, y el cuerpo muerto de una gaviota.
   La muchacha, ¿alcanzó a ver la luna antes de desaparecer tras una nube?
   Nadie ha de haber oído su espasmo a causa de las voces de las gaviotas. Ni en las otras noches en el malecón, hasta el fin del estío, cuando la constelación sigue el vuelo de las aves hacia el azul de otros planetas.
   Volvieron a los cafés y los bares de la ciudad de origen —el mismo alcohol, el mismo humo de cigarrillos.
   Se tocaban una y otra vez las manos, así estuvieran frías, como si el vaho de la lluvia o el humo se las hubiera vuelto forasteras.
   Por eso ella, cuando oyó trinar el pájaro en la oscuridad, evocó los graznidos de las gaviotas y el ruido de las olas del mar estrellándose contra el malecón.
   Entró en la cama y apagó la luz de la lámpara: la onda que generó este acto, desprendió laúltima hoja del árbol.



    Estocolmo, 11 de abril de 2008.


sábado, 23 de abril de 2022

Del libro Cuaderno de Adán


EL POEMA PERTENECE AL LIBRO CUADERNO DE ADÂN, EDITADO EN ESTOCOLMO (2004).

En estas páginas, Adán —luego de ser expulsados del Edén— irá registrando el anhelo de ambos de volver a ser uno (ahora en poesía), y, asimismo, el fracaso, que en definitiva es el fracaso de la poesía.



LOS ENSIMISMADOS HÓRREOS


He soñado con una masía en un blando valle
De donde emigraban vencejos a lejanos planetas
A donde llegabas vestida con brisa de hierba
Estampada de intuiciones y agrazón

En tu brazo portabas un cesto colmado de libros ya marchitos
Que los decías con voz encumbrada casi de grulla
Eran reminiscencias latinas
O bien occitanas O bien hebreas

Hubiera yo bajado
Si no es por el vallado de la razón
—Esa luz de fuera que nos vela y nos inhibe—

Llamaste después a los labradores
Que brescaban los ensimismados hórreos
En que astronautas ceban a la Luna

Meditabundos cesaron su labranza
Y bajaron hacia la masía sin decir palabras
Luciérnagas eran por el sendero
Sacudiendo guantes y boinas

Oí las cucharas
Les oí merendar las intuiciones de tu regazo
El roce de las mangas por las oscuras bocas
Los silletes de anea arrastrados por el suelo

Salieron después y se llevaron el valle y la masía
Los hórreos
Lo último fue la brisa de tu vestido
Y lo último que recuerdo son las palabras de este sueño
Que escribí en la madera del vallado
Con untura de grosellas
En el castellano clásico
Que es tuyo y mío
Para volverte a mí cuando llegara el día

19.12.03



Del libro Cuaderno de Adán


OCTUBRE 2003

Tormentas solares soplan del cielo boreal
Sueltan bandadas que angustian los árboles

Es octubre te peinas te me arrimas
En la ventana miramos llegar la noche

El viento arrastra nubes ondas frías horas húmedas
En la mesa yacen hojas con plumillas de ave

Ahora murmuras dices que me amas mientras
Atiendes las estrellas que relucen con el viento

Reluce tu pelo y tirita tu alma al roce de mis dedos
Dejas el peine susurras ahora llueve

Eres como el cristal de la ventana por el que corre agua
O como la íntima hoja del aire

O eres la rama que danza o la luna que asoma desaparece
O la intemperie o la estrella que brilla en el agua del lago

Brillan y vibran las líneas eléctricas las venas las luces
Susurrante dices que atienda el trisar de los satélites

Sin embargo me asombro de oír tu susurro y callo
De lo solo que estamos De lo solo que vamos

Por este muy siglo veintiuno muy posmoderno
Y muy de nada Y con estas tormentas solares


30.10.03, Lilla Essingen, Estocolmo.



Del libro <i>Gizbar</i>

  ÉRASE UNA VEZ UN DÍA GRIS ¿ Qué determina el ánimo del lago? El cielo, sin duda. Si es azul, los cisnes surcan las aguas, las gaviotas and...