LA ARAÑA [SACRUM FIERE]
Una araña ha hecho nido en mi cabeza. ¡En mi cabeza!
Hoy me la he visto en el espejo. He visto su corona de ocelos. ¡Miraban mi ridículo par de ojos!
Sí, demasiado cerca y demasiado lejos.
Si bien, en el transcurso de las horas —he de confesar—, de a poco nos acostumbramos el uno al otro. Congeniamos lo más bien y nos ponemos de acuerdo en una y otra materia, al grado de sentirnos una sola araña. Una araña que cada noche urde un velo con hilos tan sutiles como los del vellón de la ilusión.
¿Por cuánto tiempo?
Hasta el momento de ser la única labor que concibamos en el mundo, lo único que vean nuestros numerosos ojos y lo que recorramos con nuestras ocho peludas patas.
Es decir, cuando seamos Dios.
* Sacrum fiere: volverse sagrado